Se trata de la formación de una exóstosis (crecimiento en forma de punta de flecha) ósea a nivel de la inserción de la fascia en el calcáneo (talón) como consecuencia de un stress local mantenido en el tiempo. El exceso de peso o una arquitectura muy exagerada del pie pueden acelerar la formación de este proceso.
Cursa con fuerte un dolor al comenzar a caminar por la mañana o después de un periodo de reposo, que se alivia pasados unos momentos. El espolón no es doloroso, pero sí lo es la lesión que éste ocasiona en los tejidos blandos adyacentes.
El tratamiento conservador con mejor resultado es la infiltración corticoanestésica local que reduce la inflamación de la zona apoyada en un tratamiento ortopédico con plantillas para reequilibrar el retropie y relajar la fascia.
Cuando el tratamiento conservador fracasa el tratamiento quirúrgico es de elección y más hoy en día con las nuevas técnicas de Mínima Incisión. Por medio de una incisión de 3mm en el talón y bajo anestesia local podemos acceder a la calcificación ósea y actuar sobre ella y sobre la fascia, permitiendo la deambulación inmediata.
El paciente regresa a su domicilio al finalizar la intervención y acudirá a revisiones semanales hasta el alta definitiva que normalmente oscilará entre 3 y 6 semanas en función del paciente.